martes, 27 de octubre de 2009

A la secretaria le desvirgué el culo

Vivía solo, en una casa de un campo petrolero. Hacía mucho que una de las secretarias flirteaba conmigo. Tenía 21 años, alta, como de un metro ochenta de estatura, un cuerpo bonito, el culo espectacular. Desde que la vi., decidí que tenia que hacérselo por el culo.

La llevé a mi casa un día, nos besamos, nos acariciamos, pero ella no se dejaba, me decía que en la primera vez no podía pasar nada. Me tuve que quedar con mi calentura.

La segunda vez que vino a mi casa la recibí con un beso, la llevé directamente a mi cuarto. Allí de pie, la comencé a desvestir, la tocaba por todas partes. Le levanté una pierna y empecé a tocar su sexo depilado por completo. Le empecé a meter el dedo y ella gemía de placer. Tiré la falda y como pude llevé su mano a mi miembro. Comenzó a tocarme.

Poco a poco la obligué a bajar y ella sin soltarlo me empezó a dar una mamada, lentamente, con cierta dulzura. Fui llevándola a la cama sin dejar que se sacar mi pene de su boca, ella lo mamaba de manera exquisita, me llenó de saliva y me acariciaba con la mano al mismo tiempo que lo mamaba. Me pidió que no acabara en su boca, pero lo mamaba deliciosamente, suavemente, como una niña, aunque yo ya sabía que yo era uno más de su lista. Se lo metía todo en la boca. No pude más y me vine en su boca. Escupió, me reclamó. Pero no me importó, yo me sentía bien.

Por mi mente pasó la idea de hacérselo por el culo, como había soñado, en aquel culo espectacular. Empecé a chuparle su concha, poco a poco, le eché crema y le empecé a meter los dedos, primero uno, dos, luego tres y hasta cuatro, ella solo gemía. Mientras tanto yo me masturbaba y me iba poniendo caliente otra vez. La hice sentarse sobre la coma y yo parado se la metí en la boca. Me la estaba mamando suavemente cuando yo empecé a pensar en su culo, la empecé a coger violentamente por la boca, pero no quería venirme.

La puse en cuatro y se lo metí en la vagina, poco a poco le metí un dedo en el culo, ella no decía nada. Cuando la vi excitada le pedí su culo, me dijo que nunca lo había hecho por allí, le dije que lo haría suavemente. En esa posición apoye mi cabeza en su ano y comencé a penetrarla, a ella le dolió y se dejó caer hacia delante, me dijo que no podía. Me recosté sobre ella y empecé a acariciarla suavemente mientras que restregaba mi pene entre sus nalgas. La fui poniendo poco a poco otra vez en cuatro. Me dijo que quería tratar otra vez. Volví a colocar crema en mi pene y en su culo.

Coloqué otra vez mi pene en la entrada de su ano, cuando comenzó a entrar ella se fue hacia delante, pero esta vez yo me fui con ella, y al caer acostada mi pene entró por completo, al sentirlo creció más que nunca, ella me decía que se lo sacara y apretaba las nalgas, esto me excitó mucho más y empecé a bombearla. No fue mucho porque estaba muy excitado, a los pocos momentos sentí como me venía, llenaba sus intestinos con mi leche, ella gritaba y lloraba, yo la seguía cogiendo.

Cuando terminé se la saqué, fui al baño y me lavé. Al volver la encontré boca abajo, no lloraba, me dijo que le dolía, pero que en pocos días estaría preparada otra vez.

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